La Vejez

Aunque no existe una edad exacta a la que se pueda considerar como el comienzo de la vejez, suele decirse que una persona es vieja cuando supera los setenta (70) años de vida, aunque para muchas personas comienza en el momento de la jubilación, es decir en el momento que abandonan la población económicamente activa.

Podemos decir que la vejez es el último período de la vida de una persona, que sigue a la etapa adulta o madurez, y en la cual se tiene una edad muy avanzada. Esta etapa hace referencia a las últimas décadas de la vida, en la que uno se aproxima a la edad máxima que el ser humano puede llegar a vivir. En este periodo del ciclo vital, se presenta un declive de todas aquellas estructuras que se habían desarrollado en las etapas anteriores, con lo que se dan cambios a nivel físico, cognitivo, emocional y social.

No todos los individuos envejecen de la misma forma, pero con la vejez suelen aparecer enfermedades y trastornos físicos como la artrosis, la osteoporosis, el mal de Alzheimer, etc.

La vejez también está vinculada a la categoría social que se conoce como tercera edad. Los integrantes de este grupo de personas suelen estar  sin trabajo, es decir están jubilados y, por lo tanto, no forman parte de la población económicamente activa. En muchos casos, se han convertido en abuelos.

Estos en muchas ocasiones, ante esta realidad, se ven afectados psicológicamente. Ya que al llegar a esta etapa, deben hacer frente a que pierden el papel que desempeñaban en la sociedad. Al dejar de trabajar, al no tener las mismas cualidades físicas y mentales que tenían cuando eran jóvenes y a que se pueden encontrar un poco perdidos a la hora de afrontar ese presente. Todo ello puede afectar psicológicamente a la persona.

Pero siguiendo una serie de sencillos consejos, pero muy útiles para afrontar esta nueva etapa vital, se pueden evitar este tipo de enfermedades. En primer lugar debe aceptar todos los cambios, tanto los sociales como los físicos, y encontrar actividades en las que poder relacionarse con otras personas, asociaciones de abuelos, centros de la tercera edad, etc.

Otro aspecto importante es realizar actividades donde se puedan sentir útiles; ayudar a los hijos, colaborar con asociaciones sin ánimo de lucro, etc. y lo más importante en esta etapa, disfrutar de todas esas experiencias que siempre se han querido hacer pero que por el trabajo o las obligaciones nunca las han podido realizar; viajar, escribir un libro, estudiar… etc.

Durante esta etapa de la vida también pueden aparecer importantes cambios nutricionales, pudiendo existir modificaciones en la alimentación, lo que también trae como consecuencias cambios a nivel intestinal. Esto es debido a que en la vejez también se produce una modificación a nivel hormonal.

Los cambios nutricionales sumado al sedentarismo, pueden ir acompañados de un aumento de peso y  producir estreñimiento, debido a la modificación de la flora bacteriana en el intestino grueso.

Otro de los cambios físicos que se producen en esta etapa y que repercute en lo nutricional, es la alteración de las papilas gustativas, lo que provoca una alteración  del sabor y del olor de las comidas.

En muchos países, las políticas sanitarias tienen planes de salud que cuidan y protegen al adulto en la vejez, impidiendo enfermedades, para ello en algunos países aumentan los planes de vacunación gratuitos y dan al que lo necesite o lo reclame, asistencia psiquiátrica, médica y psicológica, para que las personas durante esta etapa se sientan protegidas.